jueves, 15 de enero de 2015

Cómo me veo hoy viernes 16 de enero (15 aún en mi cabeza) de 2015 a las 2:41 am:

Me gusta pensar que soy elegante, porque aunque nadie lo note yo asi lo veo.
Que me siento y me muevo cómoda con mi cuerpo.
Bohemia -adjetivo que esta muy de moda (¿o siempre ha estado de moda?)-. Intento alejarme de lo normal/usual/trivial/monótono, aunque a mi manera discreta.

La discreción es una virtud que siempre he admirado.

Soy tan expresiva que mis emociones invaden el maquillaje que use o la ropa que lleve ese día.
Esos complementos son un medio más de expresión, hasta el más mínimo detalle tiene un significado. (Porque son solo eso, complementos, que en ocasiones estorban, porque ya estoy vestida de mi piel, que me encanta y me basta).

Mi modo de pensar no será tan brillante como deseara, pero alcanza el mínimo para salir del paso y creer no ser un corderito más del rebaño -busco mejorar. No quiero ser una estúpida toda mi vida-.

Me esfuerzo en tener buena energía, positivismo y optimismo, y aunque en la noche pueda recaer en pensamientos envenenados, busco no permanecer sumergida en esas turbias aguas.

Me gusta escuchar, o por lo menos hago el esfuerzo (dicen que a veces no me entero de las cosas, aunque eso no tiene mucho que ver).

Saber escuchar es una cualidad que prima en mi mundo.

Sé lo que me gusta, cada día sé más cómo soy -disfruto descubriendo cosas de mi, aceptándome-. No tengo que demostrárselo a nadie para reafirmarme.
¿El mundo de la psicología? me fascina. Pero abarca tanto que tengo que investigar a fondo qué es exactamente lo que más llama mi atención. (¡Si investigara en condiciones todo lo que llama mi atención...!)

Me doy cuenta tarde de las cosas... Aunque al menos me doy cuenta. Hay que mejorar eso.
Y la asertividad también.
¡Aprender a decir que no!
(Y a callar. A veces es mejor callar, que yo soy muy bocazas).

No debo compararme con los demás.
Yo soy mi reina y así debo verme.

Pd: El propósito de esto... Lo veo como un ejercicio de autoconocimiento, expresar lo que siento y trasladar una idea al mundo real a través de la escritura (en un smartphone... Lo habría preferido a puño y letra pero los tiempos cambian y me pillaba más cerca el móvil).

¿Cómo verá esto mi Yo del futuro?
Sé que lo escribo para mi Yo del futuro, a la que admiro.
¡Y con estas cosas me encamino a ser una persona admirada por mi misma!

  Fin de la visión desde fuera. Hora 3:54 am del mismo día (aún 15 en mi cabeza).

                              ★

miércoles, 29 de mayo de 2013

Al otro lado del universo

Caminaba ella sin saber por qué,
Y sin saber por dónde, caminaba. 
Con los ojos cerrados, y sin ver,
sonrisa su expresión, y se acercaba.

Ella sabía dónde iba, sin rumbo.

Universo, que por ella esperaba,
universo, paralelo el final,
su amor al otro lado se encontraba.


viernes, 1 de marzo de 2013

Estocolmo

"¡Ahora estoy en una situación tan desesperada...! no se por qué estoy aquí en esta celda, en esta ciudad: Estocolmo. No se por qué recuerdo el nombre de la ciudad en la que me encuentro. ¿Quienes son estos hombres? ¿Tienen que ver con los corruptos políticos que han matado a mi mejor amiga? ¿O me han raptado unos simples violadores? Debo tener demasiada mala surte para que me pase esto. No contenta la vida con torturarme con injusticias y la muerte de la única persona que me importaba en el mundo, también me tienen que raptar. ¿Por qué a mi? Yo no tengo nada importante ni supongo una amenaza. Ya no. No tengo nada por lo que luchar ahora. ¿Y por qué no me violan o me matan de una vez?"
Todo esto pensaba mientras pasaba días enteros en una habitación con un colchón y una mesa. Paredes tan sucias que parecía que las habían pintado de negro verdoso a propósito. Los hombres que me raptaron no parecían políticos. Quizás sean los que hacen el trabajo sucio, quien sabe. Estaban pálidos y ojerosos de tanto drogarse. Pero en ese momento no me importaba. Entraban, me ponían un plato de comida y se largaban. No se para qué, porque no probaba bocado. Una vez me obligaron a comer. Un gordo agarro mi cara con sus anchos dedos y metió la cuchara llena de no se qué cosa comestible dentro de mi boca. Y ya que estaba eso en mi boca, lo tragaba. Qué más me daba. Hasta que un día, algo me devolvió las esperanzas. Solían dejarse la puerta abierta (sabían que no intentaba hacer nada) y, aunque normalmente no prestaba atención a nada, mi oído capto una serie de palabras que envió al cerebro, e hizo que reaccionara. "Jefe, droga, ciborg".... Después preste atención al resto:
-el jefe esta desesperado porque se le está acabando la droga con que mantiene dormida a la ciborg esa. Si no la consiguen, ¿sabes con quien la pagará no? Con nosotros. Así qué sí queremos seguir en esto sin ser tratados como perros, más nos vale buscar por nuestra cuenta esa droga. El plan del jefe se irá a la mierda si no logra controlar a esa chavala cuando más la necesita.
-pero no estaba muerta?-dijo la otra persona con quien hablaba.
-al parecer nunca lo había estado. Y ahora larguemonos. ¡Falcon! Vigila a esta tia mientras estamos fuera.
-no tardéis tíos.-respondió el tal Falcon.
Ahora todo tenía sentido. La droga no la mataba, la mantenía dormida. ¡Así es como la controlaban! Mientras estuviese dormida y su subconsciente estuviera en fase REM, sería más fácil para la droga impedir al cerebro que libere una sustancia que impide a nuestro cuerpo que se mueva mientras dormimos, aumentando así aumentar su insomnio, y siendo más fácil de controlar hipnóticamente por más tiempo. Annelise no estaba muerta. El tal jefe era el político que controlaba todo desde las sombras. Y utilizaba a Annelise para cargarse a todo aquel que intentase arrebatarle el puesto. Me levanté por primera vez por voluntad propia desde que estaba en ese lugar. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que Annelise intentara matarme? ¿Y porqué no me han matado ya? Miré fuera de la habitación. Al parecer el tal Falcon era el único que se había quedado para vigilarme. No necesitarían tanta gente suponiendo que yo no haría nada. Pero como sabía que Annelise seguía viva, tenía motivos para seguir luchando. El tal Falcon, de media estatura, pelo negro, y ojos... Verdes? Hablaba por teléfono. Si estaba solo y distraído, yo podría con él, contando con el factor sorpresa. Gateé hasta donde él se encontraba, pero con tan mala suerte que se giró justo cuando yo estaba a punto de agarrarle la cara y retorcerla. Como no, la suerte no solía estar con migo. Me empujó. Después se abalanzo hacia mi y me puso unas esposas con las manos por delante. Gritar y forcejear habrían sido un esfuerzo inútil, así que no me resistí. Debí haber planeado mejor mi ataque.
-Por fin reaccionas. Ya estabas tardando. Justo ahora iba a comprobar si seguías viva, pero ahora ya no hace falta. ¿Estabas haciéndote la muerta todo este tiempo para que bajáramos la guardia?
-porque no me matáis ya.
-porque no sería divertido.
Decía esto mientras me llevaba de vuelta a la habitación. En un acto desesperado, me giré y le di un puñetazo con las dos manos, esposas de metal incluidas. Soltó un taco e intento agarrarme de nuevo, pero no se cómo lo hice que escapé y salí corriendo. No sabía hacia donde, y ahora que lo pienso, para nada, porque él conocía mejor el lugar que yo. Al final acabo atrapandome, y en contra de lo que yo esperaba, que era a que me insultara o pegara, no hizo nada de eso. Hizo una mueca como de contenerse y después me puso las esposas por la espalda. Todo esto mientras me miraba a los ojos, con una mirada indescriptible. Yo le miraba con impotencia y rabia contenida.
-no hagas esto más difícil-susurro.
Y como acordándose de su trabajo, me agarro por el brazo y me arrastro hacia la habitación. Debí haber corrido mucho, porque tardamos un rato en llegar a la habitación. cuando llegamos, me quito las esposas (no se por qué), cerró la puerta, echo un candado y se fue.
No fue hasta la noche que tuve noticia del resto de mis raptores. En todo el día no pude hacer nada, no podía abrir la puerta, no habían ventanas y no había nada que pudiera usar para salir. Sólo una mesa de plástico y un colchón en el suelo.
Pude escuchar fácilmente la conversación que tenían pegando mi oreja a la puerta. Al parecer estaban en una habitación cercana, y las puertas y las paredes dejaban pasar el sonido divinamente.
-el jefe estará contento cuando vea esto.
-lo habéis conseguido? - esa era la voz de Falcon.
El primero le respondió.
-por supuesto, Pero no ha sido fácil conseguirla. Mejor ni preguntes.
-mañana debemos llevarle esta droga al jefe cuanto antes. Falcon, llámale y avísale que la tenemos. Yo voy a echarme un rato.
-¿Ha reaccionado la rehén? - pregunto un tercero. Creo que era la voz del gordo que una vez me dio de comer.
Falcon respondió:
-igual que siempre. No esta muerta, pero tampoco da señales de vida.
"¿Porqué ha dicho eso?" Me dije a mi misma. ¿Acaso trataba de encubrirme? ¿Por qué y para qué?
-Voy a ver que tal está- dijo la segunda voz.
Me tiré rápidamente al suelo en medio de la habitación, dando la espalda a la puerta. Cerré los ojos.
El hombre abrió la puerta de un golpe, quizás esperaba asustarme, pero eso no ocurrió. Se agachó, me agarro del hombro y me giró. Abrí los ojos para ver al tío que estaba delante mía echándome su aliento a tabaco. Tenía el pelo blanco, pero estaba bronceado. No podría pensar en golpear a este hombre y escapar, porque aunque flaco, era fibroso y alto. Y había otro grupo de tíos en las demás habitaciones. Tomó una calada de su cigarro y me echo el humo a la cara. Yo entrecerré los ojos y frunci el ceño.
-vaya, no me mires así. ¡Es sólo humo!
Y volvió a echarme más humo a la cara, esta vez acercándose más. Después agarró mi cara con una mano y apretó mis mejillas.
-cuando no seas útil, voy a torturarte y abriré con una sierra ese blanco cuerpecito, y después, me tirare a tu cadáver mientras lo corto en pedacitos.
se rió. La risa más maldita que había oído hasta entonces.
-Johan, por qué le dices eso?
-Esto es una conversación privada, Falcon. Métete en tus asuntos.
-eres un cabron. El jefe ha dicho que no la toquemos hasta que ya no sea útil
-lo se, mikel.
Después se giró hacia mi de nuevo con una media sonrisa en la cara. Se le borró al ve que no había conseguido asustarme.
-hablo en serio zorra.
Después se levantó y se fue, dejándose la puerta abierta.
Se me hizo un nudo en la garganta.
Como iba a salir de ahí?

Al día siguiente, el gordo de antes entro con un plato de comida. Era un gordo mal oliente y de voz desagradable. Llevaba la misma camiseta que mostraba media barriga desde la última vez que lo vi.
Ya estaba harta de estar en esa situación, así que me levanté y le estampe el plato de comida en la cara. Ante esta inesperada reacción me dio tiempo de salir de la habitación y correr pasillo abajo, por donde antes había ido y donde Falcon me había pillado. Ya estaba llegando a una puerta, cuando por otra casualmente apareció Falcon. Abrimos mucho los ojos, pero el actuó rápido y me agarro por detrás tapándome la boca, dio media vuelta y entro de nuevo en la habitación de la que había salido con migo a rastras. Me puso contra la pared y dijo:
- ¿Qué haces escapandote otra vez? ¡No tienes ninguna posibilidad, conseguirás que te maten antes!
- porque me queréis aquí! Yo no sirvo para nada, matadme ya.- estaba desesperada.
-mira niña. Ahora Boog te esta buscando -al parecer así se llamaba el gordo- y ese no es tan suave con los rehenes. Y ahora, haré como que te he encontrado y no hagas nada si no quieres sufrir una de sus torturas.
Había dicho tortura. No quería saber que clase de torturas hacía el tal Boog, así que no me quedó más remedio que hacer caso. Salimos de la habitación de camino a la otra habitación. Era el lugar con menos ventanas que había. Vimos al gordo correr desesperado buscándome, pero cuando le vio con Falcon se tranquilizó un poco.
-maldita zorra!- dijo levantando la mano para darme una buena torta, pero Falcon lo detuvo:
-si el jefe ve una marca en esta chica serás hombre muerto. Yo que tu no haría nada.
- Cuando no sirvas para nada te voy a matar, ¿me oyes?
Todos querían matarme y follarme cuando no fuera útil. Que es esto, ¿una casa de asesinos enfermos? ¿Dónde estaba metida?
Falcon me metió en "mi" habitación, entró él también y cerro la puerta.
-sé que ésta situación es muy difícil, pero yo estoy igual de atrapado que tú, así que no hagas las cosas más difíciles para los dos.
-lo dudo
-pues no lo dudes. En Este mundillo, si no mandas, son todo cadenas.
-eso te lo buscaste tu metiéndote con esta gente. Te lo mereces. Yo en cambio no me merezco esto.
-para el hombre que te tiene aquí encerrada si te lo mereces. Depende del punto de vista.
Extraña conversación. Pero no pude continuar. El nudo en la garganta apareció, y una lágrima amenazaba con caer. Pero ni de coña iba a llorar. Me contuve.
-y ahora quédate quieta y no hagas nada si no quieres acelerar tu muerte.
-¿Y que quieres que haga? ¿Quedarme quieta esperando a que me maten? ¡Imbécil sin vid...
Se lanzó a mi y me tapo la boca.
-no digas nada de lo que después te puedas arrepentir.
Después alguien abrio la puerta. Era un tío grande y viejo. No me gustó su cara.
- el jefe esta aquí- dijo. -va a interrogar a la chica.
Sentí como mi estómago se convertía en un agujero negro que tragaba todo el interior de mi cuerpo y desechaba malas sensaciones. Miré a Falcon. Este me devolvió la mirada. Que hermosa mirada. Después apretó los labios y me agarro del brazo para llevarme al jefe.



miércoles, 14 de noviembre de 2012

Inmortal

Dame ideas para volar,
dame razones para soñar
y la brisa que viene del mar
motivará mi razón de existir.

Dame un alma para ser,
dame el cuerpo del ayer
y la inmortalidad volverá a tener
el sentido que le di.

Une razón y corazón,
intuición y sentido.
Las paradojas, las reglas rotas,
son las leyes de un mundo prohibido.

El azul es inspirador porque el cielo lo dice

Ustedes, ¿no se han fijado que cuanto más estamos en paz con nosotros mismos, más bello nos parece el cielo? Yo creo que es porque una vez que ya nada nos ata a andar con la cabeza gacha, miramos arriba. Cosa de la que no solemos estar acostumbrados. Miramos, como si fuera por primera vez al cielo, que aunque sea gris, es misterioso, y eso es hermoso.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Alma en pena

¿Por qué cuando fluye el viento
al pájaro roza en su vuelo,
mueve las ramas,
fluye en el agua,
pero ignora ondear mi pelo?

¿Acaso mi escencia no es suficiente,
o le habrá asustado la muerte
que se asoma en mis ojos verdes
convirtiéndolos en inertes?

¿O que fluyen en mi sensaciones,
recuerdos, malditos rencores,
helando las ganas de vida,
pues el viento es buscando amores?

Tanto es el odio que tengo
como las ganas de vivir.
Que no me dejan ir al cielo
ni de volver a sentir.